La enuresis o micción incontrolada se produce por la persistencia de descargas de orina de forma involuntaria e incontrolada durante el día o la noche, a una edad superior a los 4-5 años. Entre los 3-4 años no se podría considerar un problema, porque depende de la maduración nerviosa del niño, pero a partir de los 4 años ya debería controlar perfectamente la sensación de pipí y tener la capacidad para aguantarlo hasta ir al baño.
Los procesos dentro de la normalidad es que alrededor de los 18 meses el niño anticipe la sensación de pipí o de que está mojado y sobre los 2 años aprenda a controlarlo, en primer lugar de día y después por la noche. A los 4 años debería haberse logrado tanto de día como de noche.
La enuresis o incontinencia urinaria puede producirse de varias formas:
Diurna: ocurre durante el día, su prevalencia es muy inferior a la nocturna, en un 10% de la población infantil entre 4-6 años.
Nocturna: ocurre en la noche, durante el sueño de ondas lentas y puede ser primaria o secundaria.
Mixta cuando ocurre en ambos casos de día y de noche.
Enuresis nocturna primaria consiste en un retraso del desarrollo y los trastornos psicológicos son casi siempre el resultado de una enuresis y raramente son la causa. Ocurre cuando el niño nunca ha conseguido controlar su pipí o lo ha hecho por un periodo inferior a los seis meses. El niño aún no ha aprendido a identificar la sensación de vejiga llena cuando duerme profundamente. El 80% de las enuresis son primarias.
Enuresis nocturna secundaria: se define cuando se ha sido completamente continente durante 6 a 12 meses o más y después no consigue serlo. Casi siempre la causa es psicológica debido a trastornos emocionales.
En primer lugar hay que descartar que la falta de control del pipí pudiera ser producida por padecer un trastorno físico como infecciones urinarias, alteraciones neurológicas, malformaciones anatómicas como el tener una vejiga pequeña, falta de hormonas, vejiga atónica, obstrucción a la evacuación.
Cuando el hábito de control del pipí se inicia después de los dos años suele costar más.
Los factores emocionales suelen influir, circunstancias críticas como el nacimiento de un nuevo hermanito, comenzar el colegio, problemas familiares, etc. Padecer algún trastorno al que se pueda asociar la enuresis como la neuroglucopenia.
La enuresis suele mejorar espontáneamente en la pubertad, pero hay que tratar de ayudar al niño y no debe ignorarse. Es importante determinar la causa que lo ha podido desencadenar o el problema que lo ha originado.
No se debe ridiculizar ni castigar al niño al miccionar involuntariamente, porque en vez de hacerlo reaccionar le podemos ocasionar importantes problemas emocionales. La tensión y la vergüenza del hecho de mojar la cama hace que parezca peor de lo que realmente es. Es necesario mostrar paciencia y apoyo.
No son aconsejables los tratamientos farmacológicos pues suelen tener bastantes efectos secundarios. Son más aconsejables las técnicas de aprendizaje al control, reeducación de los hábitos, aparatos de alarma (pipi-stop).
En el Centro de Psicología Huércal de Almería estamos preparados para ayudarte.
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