La Hiperactividad infantil es un trastorno de conducta de origen neurológico. Las causas que lo producen hoy en día no se conocen con certeza. Pero estos niños mantienen conductas conflictivas dada la frecuencia, la intensidad y la inoportunidad del momento en que ocurren porque tienen dificultad para controlar su conducta con otras personas.
El niño hiperactivo tiene ciertas características que son comunes en todos ellos, como la dificultad de atención, la impulsividad y la hiperactividad.
Guía de síntomas en un niño hiperactivo:
FALTA DE ATENCIÓN:
-La falta de atención cercana a detalles.
-Se distrae fácilmente con los estímulos del contexto ambiental.
-Parece que no escucha cuando se le habla mostrando dificultad para atender selectivamente.
-En casa tiene dificultades para seguir las directrices que se le marcan, para organizarse y explorar estímulos complejos de manera ordenada.
-En el colegio le cuesta centrarse en los trabajos o en las diferentes actividades llevándole a cometer errores.
-Salta de una tarea a otra sin terminar las ya empezadas, lo evita porque le cuesta mantener un esfuerzo mental constante.
LA IMPULSIVIDAD:
-Dificultad para mantenerse sentados y quietos en una silla, mueve las manos, los pies, se levanta.
-Incapacidad para inhibir conductas, dicen lo que piensan sin reprimirse.
-Muestran precipitación (impulsividad cognitiva) incluso a nivel de pensamiento, no piensan las cosas antes de actuar, no preveen y contestan a preguntas antes de que se les formulen.
-Hacen lo que les gusta en primer lugar, aplazando los deberes y obligaciones.
-Habla excesivamente, dificultad para esperar su turno, interrumpe, responde sin esperar a que la persona termine.
HIPERACTIVIDAD:
-Tiene excesiva actividad motora, está siempre moviéndose.
-Su movimiento carece de finalidad práctica.
APRENDIZAJE:
-Suele tener dificultades con el aprendizaje y un bajo rendimiento escolar.
-Manifiesta dificultad con la lectura, la escritura y el cálculo (mala letra, errores de ortografía, omite palabras o sílabas, no comprende lo que leen, se olvida de las operaciones básicas de cálculo, dificultad para memorizar y diversificar lo aprendido, etc).
COMPORTAMIENTO:
-Adopta conductas agresivas (rompe cosas, carácter destructivo, violento, agresivo verbal y puede que físicamente).
-Mantiene una actitud inmadura, imprevisible e impropia para su edad.
-Tiene cambios bruscos de humor, se valora poco a sí mismo, no asume sus errores, sus fracasos y le cuesta perder.
-Es muy travieso, pero no tiene maldad.
-Miente o comete hurtos con frecuencia.
-Es desobediente, no hace lo que se le dice.
-Tiene especial dificultad en adquirir hábitos de higiene, cortesía, etc.
La hiperactividad es más frecuente en niños de familias con problemas conyugales, en algunos niños un cuidado maternal falto de atención y de afectividad adecuada (por falta de tiempo, jornadas de trabajo intensivas, etc.) es un factor de riesgo o desencadenante del problema. En la etapa escolar un bajo rendimiento académico y su conducta problemática agravará más la situación.
Los padres de un niño hiperactivo lo suelen definir como maleducado, desobediente, inmaduro y muy travieso o sinvergüenza. Su comportamiento genera desaprobación, rechazo y conflictos en la familia. Se muestran irritantes, frustrantes y algunos tienden al aislamiento social.
El niño hiperactivo aumenta su actividad cuando se encuentra en presencia de otras personas, especialmente con aquellas con las que no mantiene relaciones frecuentes y suele disminuir su actividad cuando está solo. Es terco, obstinado y tiene una baja tolerancia a las frustraciones, insistiendo mucho hasta lograr lo que desea.
Los padres de un niño hiperactivo tienen que colmarse de paciencia para no sentirse retados en su autoridad, impotentes, desesperanzados, frustrados y responder con irritación a las actitudes de su hijo hiperactivo. Si los padres riñen mucho al niño o lo critican por todo lo que hace, pueden generar una baja autoestima y realimentar el trastorno, pues están limitando los esfuerzos del niño por portarse bien y este siente que es regañado haga lo que haga.
El tratamiento del Trastorno de Hiperactividad depende de cada caso en particular y conviene abordarlo desde el Tratamiento Psicoterapéutico que está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño con aplicación de técnicas de modificación de conducta y el Tratamiento Cognitivo para fortalecer la realización de tareas enseñándole a planificar sus actos.
En el Centro de Psicología Huércal de Almería estamos preparados para ayudarte.
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