La meditación nos aporta calma mental y nos hace profundizar en el conocimiento de nosotros mismos, nos estabiliza a nivel mental, emocional, físico, energético y espiritual.
La meditación debido a la cantidad de ventajas que le proporciona a nuestro organismo la podemos utilizar no solo con propósitos religiosos sino también para el mantenimiento de la salud física, mental, emocional y energética. El utilizar la meditación con fines terapéuticos nos proporcionará grandes ventajas y ninguna contraindicación.
Los estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria, aumenta el cociente intelectual, e incluso cambiar partes del cerebro, mejorar el sistema inmunitario y la salud en general. Otros estilos de meditación otorgan igualmente diferentes beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunitario. Entre los más comunes se encuentran el alivio del estrés y la bajada de la presión sanguínea.
La meditación ayuda a calmar la mente, la reordena y elimina la ansiedad. Mejora la comprensión de objetivos, las motivaciones y equilibra el carácter. También puede hacer resurgir motivaciones, traumas, emociones o energías enquistadas ayudando a sanarnos a nivel emocional. Cuando meditamos respiramos profundamente y utilizamos la respiración completa o diafragmática y junto con la postura corporal ayuda a las personas a mejorar la salud en general y reconduce el metabolismo a un funcionamiento óptimo.
Estudios científicos hechos en Japón sobre de la meditación zen registraron diferencias significativas entre el funcionamiento del sistema nervioso y cerebral de personas que meditaban regularmente y el de las que no practicaban.
La mayoría de técnicas de meditación utilizan la respiración como centro porque es el puente entre el cuerpo físico, el estado de ánimo y la mente. Favorece a todo el mundo que la practique, tan solo no es recomendable practicarla en el caso de que se padezcan algunas enfermedades mentales concretas.
La neurología moderna ha confirmado mediante la observación la existencia de tejidos neuronales en diferentes partes del cuerpo que controlan diferentes impulsos, paralelos a las tres capas básicas del cerebro: impulsos instintivos que protegen los aspectos físicos, impulsos emocionales que mueven las motivaciones y la sensibilidad, e impulsos intelectuales que rigen las técnicas con que se resuelven problemas complejos. En las escuelas orientales se suelen definir tres tipos básicos de pensamiento: cerebral, de corazón y de tripas que tienen relación con los descubrimientos de la neurología.
Los cambios que se producen con la técnica de la meditación pueden ocurrir de diferentes formas. Puede tratarse de un cambio en el carácter cuando somos conscientes de la interdependencia que existe en nuestro ecosistema y de la que todos formamos parte. También se puede liberar la tensión mental. Durante las meditaciones pueden dejarse fluir libremente las imágenes mentales, sean claras o confusas, como cuando se está a punto de conciliar el sueño. Además se pueden dejar fluir las sensaciones, emociones, impulsos y energías corporales, normalmente sin intervenir en ellas, pero tampoco dejándose llevar o enredar, de manera que muestran finalmente una tendencia a reordenarse por sí solas, aunque existen métodos de reflexión y técnicas de concentración en que la conciencia las puede manejar.
Las técnicas de aproximación a la meditación varían desde las que se basan en observar la respiración, visualizar algún pensamiento positivo o imagen inspiradora, enfocar algún objeto o imagen, repetir un mantra (OM, etc.), hasta las que se basan en tipos de compleja alquimia espiritual.
Las células de nuestro cuerpo están gobernadas por la mente instintiva o subconsciente y poseen una conciencia individual y colectiva. Cuando fluyen los pensamientos y deseos, las células reaccionan, se activan y obedecen siempre la orden en grupo. Está probado científicamente que cuando tenemos pensamientos positivos influimos positivamente en las células de nuestro organismo, al meditar mantenemos un estado de mente positivo prolongadamente y esto nos ayuda a rejuvenecer todas las células de nuestro cuerpo manteniéndolo fuerte y joven.
Nuestro organismo tiene un proceso anabólico y otro catabólico. El anabólico predomina hasta los dieciocho, a partir de esa edad hasta los treinta y cinco existe un equilibrio entre ambos y después de esta edad se establece el proceso catabólico o de decadencia del organismo. La meditación puede reducir considerablemente los efectos de este proceso catabólico, esto es debido a la gran receptividad de las células de nuestro cuerpo ayudándolo a mantenerse sano, fuerte y joven.
En el Centro de Psicología Huércal de Almería realizamos meditaciones guiadas gratis todos los viernes por la tarde, siendo libre la asistencia. Trabajamos para tu salud y tu bienestar, cuenta con nosotros si consideras que necesitas ayuda.
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