El bajo rendimiento escolar o sacar malas notas es la dificultad de aprendizaje que presenta el niño o adolescente en las diferentes áreas de estudio, primaria o secundaria. El fracaso escolar es un tema de preocupación para los padres en relación al desarrollo de sus hijos por la trascendencia en su futuro profesional y económico.

Muchas veces los problemas de aprendizaje suelen incluir déficits cognitivos, ir acompañados de trastornos conductuales como el T.D.A.H. (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), retraso mental o trastornos severos del desarrollo. Descartados estos, hay que buscar las causas del mal rendimiento escolar que pueden ser múltiples.

El niño que tiene un bajo rendimiento escolar y que no avanza en el colegio como cabría esperar suele tener problemas con el aprendizaje. Estos problemas pueden ser por déficits cognitivos, factores internos de tipo genético, escasas habilidades sociales, problemas de salud, la falta de motivación del niño de acudir a clase o por el aprendizaje, problemas familiares, condiciones económicas, etc.

Hay que diferenciar si los retrasos en el aprendizaje son acumulativos y provienen desde la primera etapa creyendo que mejorarían o si los problemas aparecen en un momento dado, que pueden ser debidos a problemas emocionales (separación de los padres, pérdidas, cambios de residencia y escuela, etc).

Los trastornos específicos del aprendizaje son un conjunto de síntomas que se dan en niños con un coeficiente intelectual normal que pueden provocar un bajo rendimiento escolar como por ejemplo la dislexia (lectura), disortografía, disgrafía (escritura) discalcúlia (cálculo), atención lábil.

Esto se dificulta con el sistema de enseñanza implantado puesto que es el niño el que debe adaptarse al ritmo impuesto por el profesor en la clase, al margen de sus propias necesidades y el profesor no puede dedicarle el tiempo que necesita.

Otro factor muy importante es la atención de los padres, la implicación, el apoyo, una buena motivación positiva hacia la escuela y el estudio, el ayudarles a realizar las tareas, ayudarlo en su adaptación al entorno escolar y social, el contacto con los maestros, etc., todo esto influye mucho en el rendimiento y su éxito escolar. Una excesiva preocupación o reprobación de los padres por su rendimiento en el estudio puede causar en los niños inseguridad y un sentimiento de inferioridad.

En un estudio realizado sobre el bajo rendimiento escolar se arrojaron los siguientes resultados: por falta de atención de los padres 30%, el factor económico 30% y por inestabilidad física, emocional y familiar el 40%.

Es muy importante atajar cuanto antes estos problemas para que no se sigan agudizando pues cuanto más se tarde en resolverlos más esfuerzo costará después superar la situación.

Los padres deben buscar ayuda del psicólogo que evaluará y concretará el ámbito de actuación informándoles de las posibles soluciones para los problemas detectados, estableciendo medidas reeducativas y dándole unas pautas a seguir para resolver su dificultad, buscando apoyos, acudiendo a personal especializado (logopeda, clases particulares, etc.,). Y si solo se trata de bajo rendimiento escolar habrá que establecer unas técnicas, pautas de motivación y autoestima, seguimiento de métodos de estudio, planificación y organización, preparación de exámenes y trabajo, etc., para hacer al niño autónomo y responsable de su aprendizaje.

En el Centro de Psicología Huercal de Almería pensamos en tu bienestar.