Es bastante frecuente que las personas cuando hemos tenido una relación amorosa que ha terminado en fracaso, añadamos a esa situación ya dolorosa en sí misma, la culpa por todos los errores cometidos y nos sintamos doloridos y frustrados.

A amar se aprende amando y en temas tan personales como este de poco nos valen la experiencia o consejos de otros. En estos casos lo más conveniente es hacer una introspección en nuestra propia vida, analizar fríamente que nos llevó a esta situación que estamos viviendo y que es realmente lo que nos hace sentirnos mal para poder cambiarlo.

Las malas experiencias pasadas, el miedo a cometer los mismos errores, al dolor, la inseguridad y la inmadurez, son factores que no nos ayudan para afrontar la situación debidamente.

Lo primero que debemos hacer cuando hemos roto una relación amorosa o cuando se ha roto porque la otra persona ha decidido acabarla. Es poner distancia, intentar sanarnos por todos los medios que nos sea posible e intentar sentirnos lo mejor posible.

Hay que tener en cuenta que todo lo que nos ocurre es lo mejor para nosotros, aunque en ese momento seamos incapaces de verlo de esta forma. Si la relación ha terminado hemos de asumir que aunque hemos actuado lo mejor que hemos sabido, aun así no ha sido suficiente, bien porque no supimos ver que no era la persona adecuada o porque nosotros no estemos preparados aún para establecer una relación amorosa estable y tenemos que aprender cosas que nos resultan imprescindibles para lograrlo.

Por eso la necesidad de poner distancia con la relación anterior, para ser capaces de analizar de forma clara y serena como vivimos nosotros esa relación, que cosas nos disgustaban, que situaciones injustas permitimos, analizar nuestros fallos y los de la otra persona, hasta llegar a las conclusiones necesarias para que el proceso de maduración respecto a lo aprendido se efectúe. Para poder realizar esto de forma que nos resulte provechosa, es necesario que haya pasado un tiempo para que seamos capaces de tener la mente fría y poder ser imparciales.

Todos necesitamos sentirnos queridos, apreciados, valorados, amados y el desear estabilidad emocional es algo muy positivo. Cuando una persona se siente enamorada es habitual que pretenda establecer una relación afectiva y procurar que ese sentimiento perdure. Es necesario que seamos responsables y maduros, sin embargo puede ocurrir que a pesar de las buenas intenciones la relación no funcione como debería. Esto puede ocurrir por muchas causas y es posible que la persona necesite algunas relaciones para adquirir la experiencia necesaria para saber que es lo realmente imprescindible para ella y lo que realmente desea que le aporte una relación de pareja.

Cuando el estilo de vida deja de atraer y divertir y comienzan a surgir conflictos, tensiones, discusiones, vacíos, ausencias, etc. entre la pareja es síntoma inequívoco de que es necesario hacer cambios y reestructuraciones en la pareja, depende de la madurez de ambos, el grado de compromiso mutuo, la madurez y la importancia que se le conceda a la pareja el que estos cambios se afronten con éxito o la pareja fracase.

Siempre debemos de tener en cuenta que una pareja está compuesta por dos personas y que depende del amor, las actitudes, deseos, ideas, comportamientos y grados de implicación de ambos el que la pareja funcione o no. Cuando somos conscientes de que por nuestra parte hemos hecho todo lo que hemos sabido, hemos podido y aun así no conseguimos ser felices en pareja, hemos de plantearnos cuál es la actitud del otro y lo que tenemos en común, su grado de implicación, si lo que siente por nosotros es realmente amor, o si su forma de amar nos vale, puede ser que no sea la persona apropiada para nosotros, que no vea la pareja de la misma forma que nosotros y muchas cosas más.

Pero el analizar y comprender nuestra motivación y nuestras necesidades básicas respecto a una pareja, nos hará tener unas ideas mucho más claras que nos ayudarán en un futuro a elegir la persona correcta con la que podamos iniciar esa relación amorosa que nos hará sentirnos felices y con deseos de compartir nuestra vida con ella.

En el Centro de Psicología Huércal de Almería, estamos preparados para ayudarte en los momentos difíciles que puedas atravesar en tu vida para facilitarte una recuperación rápida y un proceso constructivo que te ayude a desarrollarte más plenamente en tu vida, sabiendo que es lo que quieres y como conseguirlo. Con la ayuda necesaria y la terapia adecuada las cosas son más fáciles y rápidas de superar.