El Reiki es una técnica de transferencia de energía de alta vibración. No se requiere ninguna condición especial para realizarlo, siendo el practicante un conductor de esta energía.
El Reiki no es una religión, es una forma de vida que la puede practicar cualquier persona, lo único necesario para poder desarrollarlo es una sintonización o iniciación que el Maestro debe realizar al alumno que lo capacita para poder canalizar esta energía.
Es una técnica muy sencilla basada en la imposición de manos, aunque después del segundo nivel ni siquiera esto es necesario pues también se puede hacer a distancia.
El practicante de Reiki que ha aprendido correctamente no usa su energía vital, por lo que nunca se verá privado de ella durante su práctica. Lo primero que se recomienda en Reiki es el tratamiento a uno mismo, pues cuanto más equilibrado esté el alumno la energía que canalizará será de más alta vibración.
Todos somos energía, cuando se tiene una escala alta de vibración nuestra energía está equilibrada y nuestro cuerpo tiene los mecanismos necesarios para sanarse por sí solo. Cuando por diferentes circunstancias personales alteramos este proceso obligando a nuestro cuerpo a funcionar con escalas bajas de vibración, nuestra energía vital se desestabiliza y el cuerpo no tiene los recursos necesarios para defenderse ante la situación, si esta se alarga en el tiempo podemos provocarle enfermedades crónicas. Nuestro cuerpo siempre procurará que las zonas que se vean afectadas sean las que menos importancia tengan para el mantenimiento de la vida.
La terapia Reiki trabaja con energía de alta vibración ayudando al cuerpo a equilibrarse y armonizarse para que funcione correctamente o al máximo de su capacidad en ese momento. Esta energía permanece trabajando en el cuerpo del paciente por un período de uno o dos días aproximadamente.
Al trabajar diariamente con el Reiki que es energía de alta vibración, desarrollaremos nuestra conciencia e iremos cambiando sutilmente la percepción de la realidad que nos rodea, mejorándonos en todos los aspectos como persona, cada uno en la medida que sea capaz de asumir los cambios. Incrementaremos el nivel de conciencia y seremos más humanos, amorosos, pacientes y comprensivos.
Si el Reiki lo utilizamos como un remedio de urgencia solo para los momentos en que estamos desequilibrados o tenemos algún malestar y cuando nos encontramos mejor dejamos de practicarlo, igualmente cuando lo usemos será efectivo pero no en la misma medida que la persona que lo práctica diariamente. Ya que los efectos de mejora del individuo no se llegarán a producir en igual forma, pero la capacidad de esta técnica seguirá al servicio del iniciado en Reiki mientras viva.
Beneficios que nos reporta:
Estimula y despierta las fuerzas internas de autosanación, fortaleciendo la salud.
Desarrolla el autoconocimiento a través de la expansión de la conciencia.
Produce una profunda relajación, calma mental y serenidad de espíritu.
Aumenta el nivel de energía proporcionando vitalidad física, mental, emocional y energética. Esto conlleva un rejuvenecimiento a todos los niveles.
Equilibra y armoniza las funciones metabólicas del organismo.
Es un remedio de sanación en general del organismo.
Disminuye las tensiones musculares.
Calma el dolor.
Libera las emociones reprimidas y las armoniza ayudando a asumirlas.
Los animales, las plantas, los alimentos, el agua que bebemos, los espacios que habitamos, etc., también se benefician con la energía vital del Reiki
Cuando la persona lo practica asiduamente le conecta con su mundo interior y le abre a nuevas experiencias para vivir una vida más plena desarrollando su seguridad interior, el amor a sí mismo y a toda la creación.
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