por Belén | Mar 16, 2016 | Adolescentes, Niños
Los trastornos de conducta más habituales durante la infancia son la desobediencia, las rabietas, el negativismo, etc., constituyendo parte de la conducta habitual en algunos niños. Estas conductas suelen suponer un desafío a la autoridad y control de los padres, pudiendo resultar muy perturbadoras y degenerar en una relación de represión con los hijos. Estos problemas aparecen cada vez con más frecuencia entre las familias, incrementándose su magnitud y frecuencia apareciendo a una edad más temprana en el niño. En algunos casos extremadamente graves los niños se vuelven verdaderos tiranos con sus padres, adoptando actitudes exigentes, intolerantes, pudiendo llegar incluso a la agresión si no se les conceden sus exigencias. Estas conductas pueden producirse por una falta de responsabilidad y de empatía del niño, falta de capacidad para ponerse en el lugar del otro, no sentir las emociones, una educación permisiva en la primera etapa de su vida, factores genéticos y lo que es más común por una mezcla de varios o de todos estos factores. Las carencias afectivas en la infancia, crecer sin la presencia de los padres, o unos modelos de referencia inadecuados puede desencadenar en este tipo de conductas especialmente agresivas. Cuando un niño pequeño hace lo que quiere, piensa que todo a su alrededor está a su servicio, no ayuda en las tareas más básicas ni a recoger sus juguetes, no colabora son sus padres y es desobediente, no se pone jamás en el lugar del otro, aprende que la vida es así y que sus padres están para darle todos sus caprichos. Cuando un día los padres cansados de esta actitud le dicen no,...
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